Instrucciones que Nietzsche nunca daría, pero quizás

  1. No hay fórmulas ni absolutos; las recetas solo fabrican más de lo mismo, reposan en universalidades. El camino es inquietarse y el diagnóstico es constante.
  2. Igualmente las daremos.
  3. La cultura no será artefacto ni decoración y no se erigirá como sistema; no se venderá como entrada al teatro y nunca llevará el nombre de los best-sellers. No cultivaremos un cúmulo interior como lo más preciado sin que opere una catapulta hacia el hacer y hacia el encuentro genuino.
  4. No seremos meros aduladores de los clásicos y los grandes que nos han precedido sin divisar un horizonte a desplegar. No eliminaremos la posibilidad de búsqueda. No nos mantendremos desafectados y jamás se dibujará en nosotros la expresión de la satisfacción como regla general.
  5. No huiremos de las preguntas más importantes ni utilizaremos a la ciencia y sus derivados como autoengaño; y tampoco el trabajo, la cotidianidad y el ritmo vertiginoso nos abstendrán de darnos de frente y con ganas contra las preguntas por el sentido. Tendremos el coraje y la tenacidad de preguntarnos el para qué, el adónde y el de dónde. Habitaremos la incertidumbre y la incomodidad. Estaremos dispuestos al escándalo.
  6. Encontraremos la dosis adecuada del recuerdo y del olvido en la pócima del instante presente. Ambas fuerzas solo estarán al servicio de la vivificación y jamás serán paralizantes ni se limitarán a brindarnos comodidad. La nostalgia no será un refugio osificante y el futuro no nos helará los pies. Seremos intempestivos.
  7. Organizaremos el caos y en nosotros no habrá fingimientos ni convencionalismos. El vivir, el pensar, el aparentar y el hacer irán de la mano. Ejerceremos el oficio de vivir sin escatimar esfuerzos y la mirada del vecino no nos impondrá una máscara.
  8. Seremos honestos.
  9. No nos dominará la prisa general ni intentaremos cazar la felicidad en el próximo minuto. Sangraremos lo necesario aunque no haya recompensa, porque el éxito se ocupa de otros asuntos. Los números, las proyecciones y lo graficable no nos nublarán la capacidad de valorar. Nunca abandonaremos el criterio, aun cuando ya no lo haya.
  10. Instauraremos una physis creadora y nos dejaremos maravillar.


[Este texto surge como cierre de la lectura de las Consideraciones Intempestivas de Nietzsche].

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